Cultiva tus propias frutas y verduras en casa
Empieza tu huerto urbano de forma fácil y sencilla
Existen múltiples razones por las que crear un huerto en casa aporta beneficios a tu vida. Ya sea en tu jardín, terraza o balcón, poder cultivar tus propios alimentos es una forma estupenda de comer productos frescos y sanos, a la vez que cuidas del medio ambiente y realizas una labor sostenible y relajante. Es una opción más económica y además sabrás lo que te estás comiendo. Ni qué decir el impacto positivo que aporta, si tienes hijos que pueden descubrir todo el proceso de cultivo de frutas y verduras, porque es una actividad educativa en la que aprenderán a ser responsables, autosuficientes y a tener una relación protectora con la naturaleza.
Nunca es mal momento para empezar a cultivar tus propias frutas y verduras en casa.
Cierto es que las épocas de primavera y otoño son más idóneas para el cultivo, pero siguiendo una serie de buenos consejos, verás que puedes crear tu propio huerto en casa en cualquier momento del año.
A continuación te damos las claves para que comience a dar sus frutos de forma rápida y sencilla:
1. Elige una buena localización
Lo primero que hay que plantearse es el emplazamiento, que dependerá principalmente de lo que se quiera cultivar, pues cada tipo de planta tiene unas necesidades especiales de las que depende que el huerto sea un éxito o no. Los principales factores a tener en cuenta son:
- Horas de luz: Por norma general, las horas de exposición solar son claves para el buen crecimiento de la mayoría de cultivos, sin embargo existen ciertas hortalizas que requieren de sombra parcial o total. Las necesidades de horas de sol no son las mismas para los tomates, pepinos, calabacines y perejil que requieren un mínimo 5 horas de sol directo al día, que para las lechugas, berros apios y escarola que con 3 horas al día les basta. En caso de no contar con una buena orientación, que permita cumplir con las horas de luz requeridas, siempre podremos optar por luz artificial.
- Agua: Otro de los factores a tener en cuenta son las necesidades de agua de cada cultivo. Es importante tener el huerto en una zona con acceso fácil a una toma de agua ya sea para regar de forma manual o mediante sistema de riego o goteo.
2. Diseño del huerto
Otro aspecto fundamental y que a priori muchas veces no se le da la importancia que merece, es planificar en papel la distribución que tendrán las diferentes frutas, verduras y hortalizas que plantaremos en el huerto. Elaborar un plan ayuda a anticiparse a los problemas técnicos que puedan surgir.
Una buena planificación sería por ejemplo, distribuir los cultivos en grupos de cuatro, para que sea más fácil rotarlos alrededor de la parcela y así evitar plagas y agotamiento de suelo. El método de rotación de cultivos más habitual es la que alterna a lo largo del año, cultivos de fruto-hoja-raíz-leguminosa.
3. Preparar el terreno de siembra
Lo primero que hay que hacer en el terreno es limpiar las malas raíces y hierbas. Si fuese posible, dejar reposar un par de semanas el terreno ya limpio por si hubiera quedado alguna semilla de malas hierbas por germinar. También resulta importante cubrir las áreas no utilizadas con membrana o cartón grueso para mantener las malas hierbas bajo control.
4. Elegir un buen sustrato
Para un buen crecimiento de nuestro huerto, se necesitará una tierra fértil rica en nutrientes, mullida y con capacidad de retención de agua. Te invitamos a visitar Roots Macaronesia y consulta a nuestros asesores de jardinería, quienes te podrán aconsejar sobre qué sustrato es el mejor para el tipo de cultivo de tu huerto. Allí podrás encontrar todo tipo de sustratos, desde el universal que es el más versátil y común a sustratos específicos con mayor contenido de abono y guano.
Una vez finalizado el ciclo de cultivo, es necesario remover ese sustrato y desecharlo cada dos años.
5. Preparar la cama de cultivo para la siembra
Ya sea en un terreno o en un recipiente, se debe preparar correctamente la zona de cultivo donde se depositarán las semillas de nuestro huerto. En el caso de contar con un terreno, habrá de delimitar la parcela de cultivo con tablones de madera, ladrillos o cuerdas con estacas, fabricando así una especie de marco donde verteremos el sustrato. Tanto sí se trata de terreno como de recipiente, se rellenará con el sustrato elegido, pero procurando que quede suelto y sin grumos. Por último se debe alisar la superficie con la ayuda de un rastrillo y ya se podría sembrar las semillas y plantones. Se regará generosamente y se cubrirá con una capa de paja limpia para que retenga así la humedad y lo proteja del calor y frío.
Y recuerda, si es tu primer huerto urbano, empieza con cultivos fáciles que te permitan tener éxito, a la vez de ganar experiencia. Los calabacines, las patatas, las judías, las fresas, los rábanos y las remolachas son excelentes cultivos vegetales para principiantes.
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