Las acalifas son unas de las plantas de interior favoritas de muchas personas, y por una buena razón. Son resistentes, visualmente atractivas y vienen en una variedad de formas, lo que significa que puede encontrar una variedad que se adapte a cualquier estilo que desee. Originarias de Asia, las “acalypha” se pueden cultivar en interiores durante todo el año, donde se debe tener cuidado de imitar su entorno tropical natural.
Su mayor desafío, una vez que cumpla con sus requisitos básicos, probablemente será la naturaleza de rápido crecimiento de la acalifa y su tendencia a las colas largas. Sin embargo, siempre que mantenga la planta bien podada, le recompensará con un color excelente y formas de hojas interesantes.
En general, las plantas tropicales son excelentes ejemplares de interior, ya que no se pueden cultivar en gran parte del país al aire libre. Las acalifas son atractivas y relativamente fáciles de cuidar, siempre que se esfuerce por mantener los niveles de humedad, luz y calor que les recuerdan su entorno tropical nativo. Cuide adecuadamente estas bellezas de clima cálido y será recompensado con una planta de interior llamativa (y eventualmente extensa) que agregará un impulso de vegetación y color a cualquier rincón de su hogar.
A continuación, veamos cada uno de los aspectos claves para cultivar acalifas como planta de interiores:
- Luz. Las plantas de acalifas son definitivamente amantes de la luz brillante. Si bien no necesariamente les gustan los rayos duros que proporciona el pleno sol, pueden tolerarlos si se aclimatan. En el interior, busca un punto brillante, como una ventana orientada al este, que reciba mucha luz difusa durante todo el día.
- Suelo. Las acalifas no son particularmente exigentes con las condiciones del suelo y pueden prosperar en mezclas que van desde arena y marga hasta arcilla. El factor más importante cuando se trata de la elección del suelo es seleccionar una mezcla de drenaje rápido para que la planta no se encharque. Además, cuanto más orgánica sea la mezcla de su suelo, más rápido (y más completo) crecerá su planta de acalypha. Cuando se trata del nivel de pH de su suelo, las plantas acalifas prefieren mezclas alcalinas o ácidas.
- Agua. Para mantener tu acalifa saludable y feliz, dale un suministro regular de agua, incluso durante los meses de invierno. Nunca se debe permitir que las raíces y el suelo de la planta se sequen, por lo que esto podría significar regarla al menos una vez a la semana, si no más, dependiendo del entorno de su hogar.
- Temperatura y humedad. Fieles a su naturaleza tropical, a las plantas acalifas les gusta mantenerse en condiciones cálidas y húmedas. Es importante mantener tu planta alejada de corrientes de aire o puntos fríos en tu hogar; si es posible, nunca se debe permitir que descienda por debajo de los 15 grados centígrados. Más allá de las temperaturas cálidas, las plantas de acalifa también necesitan mucha humedad. Comienza colocando tu planta en una habitación típicamente húmeda de tu casa, como la cocina o el baño. A partir de ahí, rocía regularmente tu planta para mantener la humedad ambiental; también puedes colocar la maceta en una bandeja de guijarros con agua para ayudar a aumentar la humedad debajo de la planta. Si todavía estás luchando por mantener un ambiente lo suficientemente húmedo para tu planta de acalifa, siempre puedes invertir en un humidificador de espacio pequeño para mantenerse cerca.
- Fertilizante. Las plantas de acalypha aprecian las dosis regulares de fertilizante durante su temporada de crecimiento. Lo mejor es una mezcla líquida, pero también prosperarán si se alimentan con un fertilizante de liberación controlada. Durante los meses de invierno, reduce la alimentación o detente por completo.
- Variedades de acalifas. Hay varias variedades de plantas acalypha que son excelentes plantas de interior. La más popular, A. hispida (también conocida como planta de chenilla o cola de gato candente) es una popular planta de arrastre con flores rojas parecidas a un cepillo de botella que cuelgan en colas. Para obtener hojas interesantes, es difícil superar la variedad A. wildensiana (también conocida como hoja de cobre), que presenta hojas grandes y arrugadas con márgenes de hojas interesantes. Hay varias variedades disponibles, incluida la A. wildensiana ‘Goldsefiana’, que tiene hojas de color verde claro bordeadas de blanco.
- Propagación de la acalifa. Las plantas de acalypha se propagan fácilmente a partir de esquejes en la punta del tallo. Para obtener los mejores resultados, realiza un corte en la primavera, cuando surja un nuevo crecimiento en la planta. Sumerge la punta cortada en una hormona de enraizamiento y plante los esquejes en tierra para plántulas. Las plantas de acalypha se propagan más fácilmente con mucha humedad, por lo tanto, coloca la maceta en una bolsa de plástico y mantenla en un lugar cálido y brillante. Cuando surja un nuevo crecimiento, puedes quitar la bolsa y mover la planta a su ubicación más permanente.
- Macetas y trasplantes de acalypha. El tipo de planta de acalypha que elija determinará sus necesidades exactas de trasplante, pero como regla general, todas las plantas de acalypha pueden considerarse de crecimiento rápido. Sin embargo, también tienden a las colas largas, que es la razón principal para el trasplante y la poda regulares. En los primeros años, es posible que desees trasplantar tu acalypha anualmente en la primavera. Para hacerlo, aumenta un tamaño de maceta cada año. Una vez que la planta ha alcanzado su tamaño ideal (que puede variar según su hogar y el lugar en el que la mantenga), puedes trasplantarla cada dos años o anualmente en una maceta del mismo tamaño y podar las raíces y recortar las ramas agresivamente para mantener su forma y tamaño. La mayoría de las especies de acalypha pueden soportar una poda bastante agresiva (hasta el 25 por ciento del follaje total de la planta) y aún prosperar.
- Plagas y enfermedades comunes. Las plantas de acalypha que están secas son más propensas a la caída de las hojas y las plagas, así como al declive general. La planta es más vulnerable a las plagas domésticas comunes como las cochinillas y los pulgones, especialmente si las plantas de interior cercanas están infectadas. Si notas un signo de infestación, aísla la planta con problemas de inmediato y trátala con un insecticida suave o aceite hortícola como el aceite de neem.
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